Antecedentes
EL 14 de enero de 1881, tanto el mando chileno como el peruano intentaron negociar una tregua y un armisticio. Mientras se llevaban a cabo las negociaciones, ambos bandos aprovecharon para prepararse para una batalla.
El Coronel Miguel Iglesias había sido capturado en Chorrillos por Baquedano, para luego ser liberado y transmitir a Piérola un armisticio pidiendo los buques del Callao y el desarme de los fuertes. Los buenos oficios de los cónsules y un providencial arco iris sobre Lima intentaban iniciar la paz, pero la tregua no tuvo éxito. El General Baquedano dispuso movilizar las tropas durante la tregua con propósito de presentar batalla, tomando posiciones dejadas por las líneas peruanas en la tregua.
Como parlamentarios de la tregua se encontraban los cónsules extranjeros M. de Vorges de Francia, Spencer Saint John de Gran Bretaña y Jorge Tezanos Pinto de El Salvador, que llegaron en el tren con bandera blanca a Chorrillos desde Lima. Su interés era salvaguardar las propiedades de la ciudad, entre ellas las propiedades de extranjeros
Fuerzas en combate
Las fuerzas chilenas sumaban entre 10.000 y 13.000 efectivos, 80 cañones y 8 ametralladoras, con el apoyo de la artillería naval de los buques Blanco Encalada, Huáscar y Cochrane para el bombardeo de la costa.
Las fuerzas peruanas contaban entre los reductos 1 y 3 (donde se centró el ataque de la división Lagos y la artillería chilena al inicio de la batalla) con 3.800 efectivos, 15 cañones y 8 ametralladoras; entre los reductos 4 y 5 se encontraban 2.050 efectivos y 4 cañones, el resto de reductos no tomaron parte de la batalla pues el ejército chileno no atacó en toda la línea quedando sin tomar parte de las acciones aproximadamente 6.000 efectivos algo que también reconoce el chileno Manuel José Vicuña, testigo presencial de los hechos. De los aproximadamente 5.800 soldados que combatieron en Miraflores 3.000 eran del ejército activo y el resto de la reserva.
Desarrollo de la Batalla
La defensa de Miraflores estuvo a cargo de jóvenes, hombres maduros y hasta adultos mayores, muchos de ellos jubilados, quienes constituían la Reserva junto con los que recién habían cumplido los 16 años de edad.
A las 14.30 horas del 15 de enero de 1881 se abrieron los fuegos. El ejército peruano y el chileno se encontraban a tan sólo 400 metros de distancia. Los buques invasores, situados frente a Miraflores, dispararon con sus cañones sobre la población.
El Reducto 1, ubicado actualmente entre el malecón de la Reserva y la avenida Paseo de la República, fue tomado por las tropas chilenas. La defensa estuvo a cargo del mismo Cáceres hasta que se quedó sin municiones y sin refuerzos y tuvo que replegarse sobre el Reducto 2, que también fue atacado por la retaguardia.
Cáceres observó que era imposible continuar la resistencia sin municiones, así que ordenó la retirada. En ese momento, dos balazos atravesaron su kepis, pero sin herirlo. Al detenerse para encabezar una última resistencia recibió un balazo en la pierna. Eran las 18.00 horas. Con el caudillo caído, las tropas peruanas se dispersaron. Los chilenos ingresaron a Miraflores y quemaron la ciudad, tal como hicieron antes con Chorrillos y Barranco.
El 17 de enero de 1881 el ejército chileno, al mando del general Manuel Baquedano, ocupó Lima.
EL 14 de enero de 1881, tanto el mando chileno como el peruano intentaron negociar una tregua y un armisticio. Mientras se llevaban a cabo las negociaciones, ambos bandos aprovecharon para prepararse para una batalla.
El Coronel Miguel Iglesias había sido capturado en Chorrillos por Baquedano, para luego ser liberado y transmitir a Piérola un armisticio pidiendo los buques del Callao y el desarme de los fuertes. Los buenos oficios de los cónsules y un providencial arco iris sobre Lima intentaban iniciar la paz, pero la tregua no tuvo éxito. El General Baquedano dispuso movilizar las tropas durante la tregua con propósito de presentar batalla, tomando posiciones dejadas por las líneas peruanas en la tregua.
Como parlamentarios de la tregua se encontraban los cónsules extranjeros M. de Vorges de Francia, Spencer Saint John de Gran Bretaña y Jorge Tezanos Pinto de El Salvador, que llegaron en el tren con bandera blanca a Chorrillos desde Lima. Su interés era salvaguardar las propiedades de la ciudad, entre ellas las propiedades de extranjeros
Fuerzas en combate
Las fuerzas chilenas sumaban entre 10.000 y 13.000 efectivos, 80 cañones y 8 ametralladoras, con el apoyo de la artillería naval de los buques Blanco Encalada, Huáscar y Cochrane para el bombardeo de la costa.
Las fuerzas peruanas contaban entre los reductos 1 y 3 (donde se centró el ataque de la división Lagos y la artillería chilena al inicio de la batalla) con 3.800 efectivos, 15 cañones y 8 ametralladoras; entre los reductos 4 y 5 se encontraban 2.050 efectivos y 4 cañones, el resto de reductos no tomaron parte de la batalla pues el ejército chileno no atacó en toda la línea quedando sin tomar parte de las acciones aproximadamente 6.000 efectivos algo que también reconoce el chileno Manuel José Vicuña, testigo presencial de los hechos. De los aproximadamente 5.800 soldados que combatieron en Miraflores 3.000 eran del ejército activo y el resto de la reserva.
Desarrollo de la Batalla
La defensa de Miraflores estuvo a cargo de jóvenes, hombres maduros y hasta adultos mayores, muchos de ellos jubilados, quienes constituían la Reserva junto con los que recién habían cumplido los 16 años de edad.
A las 14.30 horas del 15 de enero de 1881 se abrieron los fuegos. El ejército peruano y el chileno se encontraban a tan sólo 400 metros de distancia. Los buques invasores, situados frente a Miraflores, dispararon con sus cañones sobre la población.
El Reducto 1, ubicado actualmente entre el malecón de la Reserva y la avenida Paseo de la República, fue tomado por las tropas chilenas. La defensa estuvo a cargo del mismo Cáceres hasta que se quedó sin municiones y sin refuerzos y tuvo que replegarse sobre el Reducto 2, que también fue atacado por la retaguardia.
Cáceres observó que era imposible continuar la resistencia sin municiones, así que ordenó la retirada. En ese momento, dos balazos atravesaron su kepis, pero sin herirlo. Al detenerse para encabezar una última resistencia recibió un balazo en la pierna. Eran las 18.00 horas. Con el caudillo caído, las tropas peruanas se dispersaron. Los chilenos ingresaron a Miraflores y quemaron la ciudad, tal como hicieron antes con Chorrillos y Barranco.
El 17 de enero de 1881 el ejército chileno, al mando del general Manuel Baquedano, ocupó Lima.
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